La Serranía de Cuenca

Situada en el centro peninsular y al N.E. de la provincia, la Serranía de Cuenca, es uno de los entornos naturales mejor conservados de la Cordillera Ibérica.
Un abrupto paisaje de una indescriptible belleza y un cierto tono de encantamiento configura esta Serranía Conquense. Regada por numerosos ríos como el Júcar, Tajo, Cuervo, Escabas, Cabriel, Guadiela, etc., que reparten sus aguas tanto al Mediterráneo como al Atlántico. Ríos que, ayudados por el viento y la lluvia, han ido construyendo con el paso del tiempo un maravilloso decorado, haciendo de este territorio uno de los entornos naturales de mayor interés ecológico.
La flora de esta Serranía de Cuenca está constituida principalmente por distintas especies de pinos, pequeños bosques de sabina; el sauce, tilo, acebo y avellano predominan en las hoces al ser zonas más resguardadas y con mayor humedad. La encina, el álamo y el olmo son especies que el hombre ha introducido en las zonas más accesibles. Grandes bosques de coníferas forman parte del paisaje en la parte alta de la Sierra.
Distintas especies animales forman la fauna de este entorno natural, pues no en vano dispone de un Parque Cinegético Experimental, dedicado al estudio y reproducción de distintas especies, pudiéndose contemplar gamos, muflones, buitres, osos, lobos, jabalíes, etc.
La Serranía Conquense alcanza sus cotas más altas en la Mogorrita y en el Cerro de San Felipe (1.866 m).
El turismo natural se desarrolla dentro de un marco rural, donde el tiempo y el espacio cobran un horizonte más amplio.
Esta nueva forma de viajar, es una alternativa al turismo de masas y grandes aglomeraciones con la finalidad primordial de recuperar la relación con las personas y el contacto con la naturaleza.Pasear por la Sierra de Cuenca, convivir con el medio rural, conocer las costumbres de las gentes de la Serranía, sus quehaceres diarios, su cultura, disfrutar de aire sano, recuperar fuerzas con todo lo que aporta la exquisita cocina serrana... todo esto, unido al descanso sin ruidos estridentes, son muchos de los valores que el Turismo Natural aporta al viajero hoy.