miércoles, 14 de mayo de 2008

El Camino de Santiago. Ruta de la Lana.


HISTORIAS DE LA TIERRA

Jose Luis Garcia de Paz - depaz@alcarria.com

La Ruta de la Lana
25/08/02



La atracción religiosa de la tumba del Apóstol en Santiago de Compostela hizo que los peregrinos partieran desde todos los lugares, incluyendo el interior de España. Por Guadalajara también pasó un "Camino hacia Santiago" que ha sido recogido y bautizado como "La Ruta de la Lana".

El llamado "Camino de Santiago" que seguían los peregrinos desde la frontera francesa para peregrinar hasta la tumba del Apóstol fue el más importante, pero no el único, recorrido hasta Santiago de Compostela. En la primavera de 1624 Francisco Patiño, su mujer María de Franchis y su primo Sebastián de la Huerta, peregrinaron a Santiago de Compostela desde Monteagudo de las Salinas (Cuenca), habiendo constancia escrita de su paso por Astorga y Molinaseca. El camino que siguieron no esta indicado, pero debió ser el que mercancías, viajeros y, por supuesto peregrinos procedentes del sudeste peninsular, siguieron desde Valencia hasta Burgos pasando en diagonal por Cuenca y las tierras alcarreñas. Desde Burgos basta seguir el archiconocido "Camino Francés" hasta Santiago.

Este recorrido ha sido "redescubierto", bautizado como "La Ruta de la Lana" y publicado a finales del siglo XX, pudiendo seguirse con relativa facilidad tanto por los creyentes como por los que simplemente desean seguir las huellas de aquellos que en el pasado caminaron hacia Burgos, Santiago y el "Finisterrae" en Galicia. El camino fue descrito, en parte, en el Poema del Cid, siendo seguido en sentido inverso por el héroe en su destierro. Coincide en su mayor parte con el que en el "Repertorio de Alonso de Meneses" (siglo XVI) iba desde Cuenca a Burgos y por el que iban la lana de la Alcarria y los paños de Cuenca hacia las ferias de Medina del Campo y el Consulado de Burgos. Imagino que por este camino iría asimismo la miel al noroeste y vendría el grano castellano al sudeste. Fue seguido, también en parte, por el rey Felipe III cuando desde sus bodas en Valencia vino a visitar el Monasterio alcarreño de La Salceda (1604), seguía siendo usado en el siglo XVIII y Madoz en su Diccionario (1850) lo menciona repetidamente ("Caminos: los locales y el que conduce a Valencia y Cuenca") al describir las villas alcarreñas por las que pasa. En varias zonas coincide con antiguas vías romanas, de las que a veces encuentra los restos el caminante. Por último, gran parte de la zona alcarreña fue seguida por Camilo José Cela en su "Viaje a la Alcarria".

Desde Cuenca el camino histórico iba por El Villar, Torralba, Priego, Valdeolivas, Salmerón, Trillo, Cifuentes, Mandayona, Atienza y Miedes, continuando por Retortillo, El Fresno, Inés, San Esteban de Gormaz, Alcubilla, Huerta del Rey, Silos, Retuerta, Cobarrubias, Hontoria, Venta de los Molinos y Burgos. De allí el camino francés sigue (en grandes líneas) por Castrojériz, Fromista, Sahagún, León, Astorga, Ponferrada y Samos hasta Santiago de Compostela. Al estar más interesados en el territorio de la actual Guadalajara, nos limitaremos en este texto a describir un poco más el "camino de Santiago alcarreño" y remitimos a los lectores a visitar la web "La Ruta de la Lana" para conocer el resto con más detalle. En cada etapa se recorren unos 30 km. al día, dependiendo de la dificultad del terreno.

El peregrino que saliera de Monteagudo de las Salinas llegaría al final del tercer día de camino a la Alcarria conquense por Albalate de las Nogueras hacia Villaconejos de Trabaque. La Cuarta etapa (Villaconejos - Salmerón. 24 Km.) va por Villaconejos a Albendea (14 Km.), de Albendea a Valdeolivas (4 Km.) y de Valdeolivas a Salmerón (6 Km.), ya en la provincia de Guadalajara.
La Quinta etapa (Salmerón - Cifuentes. 34 Km.) va de Salmerón a Villaescusa de Palositos y Viana de Mondejar (16 Km.), de Viana de Mondéjar a Trillo (9 Km.), de Trillo a Gárgoles de Abajo (4 Km.) y de Gárgoles de Abajo a Cifuentes (5 Km.).

La Sexta etapa (Cifuentes - Baides. 33 Km.) sigue de Cifuentes a Moranchel (5 Km.), de Moranchel a Las Inviernas (7 Km.), de Las Inviernas a Mirabueno (10 Km.), de Mirabueno a Mandayona (3 Km.) y finalmente de Mandayona a Baides (8 Km.). La etapa Séptima (Baides - Atienza. 27 Km.) sale por Baides - Viana de Jadraque - Huérmeces del Cerro (7 Km.), sigue por Huérmeces del Cerro - Santiuste (4 Km.), de Santiuste a Riofrío del Llano (7 Km.) y de Riofrío del Llano hasta Atienza (9 Km.). La Octava etapa (Atienza - Tarancueña, 30Km.) entra ya a tierras de Soria, partiendo de Atienza a Tordelloso (5 Km.), de Tordelloso a Alpedroches (3 Km.), por Alpedroches a Miedes de Atienza (5 Km.), de Miedes de Atienza a Retortillo de Soria (9 Km.) y de Retortillo de Soria a Tarancueña (8 Km.).

El recorrido es por si mismo interesante, incluso para los que sólo usan el automóvil. Hay monumentos desde el románico rural al barroco, varios castillos y los restos de una calzada romana. Y el paisaje merece la pena, comenzando por la "Hoya del Infantado", los modernos embalses, las Tetas de Viana, los Baños de Carlos III, el río Dulce o la sierra de Pela tras Atienza. Se puede obtener más información de la mayoría de los lugares a visitar poniendo su nombre en el "buscador" de nuestra web http://www.alcarria.com/ y a ello remitimos al curioso lector.

En nuestra web se pueden encontrar enlaces a Salmerón y su curiosa y desconocida la casa Albisúa así como sobre el expolio que se hizo en Villaescusa de Palositos. Hay asimismo unos apuntes para la pequeña historia del balneario de Trillo ,unos paisajes e historia sobre Trillo, unas viejas fotografías , información sobre Atienza y sobre el expolio de la calzada romana en Miedes de Atienza. También hay más enlaces sobre Guadalajara (recopilados por Miguel Angel García) dedicados a Viana de Jadraque, Cifuentes (ayuntamiento), Cifuentes (central de Trillo), Cifuentes (editorial Aache), Trillo , Trillo (central de Trillo), Mirabueno , Atienza , Atienza (editorial Aache) , Atienza (villa) y un Mapa de Guadalajara.

Solo nos queda invitar a los amantes del ecoturismo y el senderismo a recorrer este camino, bien al completo o al menos en algunos de sus tramos, respetando los parajes y admirando la naturaleza, arquitectura, gastronomía, gentes y costumbres. Este contacto siempre vivifica y nos ayuda a conocernos.

Escrito tras la lectura del libro "La Ruta de la Lana", de Jesús Herminio Pareja Pérez y Vicente Malabia Martínez, Editorial Alfonsiópolis, Cuenca (1999), y de la web "La Ruta de la Lana". El mapa se expone con permiso de Miguel Angel García, webmaster de dicha web al que agradecemos los numerosos punteros que tiene a http://www.alcarria.com/ especialmente a "pueblos", "fotos viejas" y "expolios". La web incluye información actualizada de esta ruta si se hace a pie.

La documentación sobre la peregrinación de Francisco Patiño, María de Franchis su esposa, y su primo Sebastián de la Huerta está publicada por Antonio López Ferreiro: Historia de la Santa Apostólica Metropolitana Iglesia de Santiago. Tomo IX, págs. 315-318. Apéndices documentales XI (págs. 50-52) y XII (págs. 53-74). Hay un monumento de 1993 recordando a estos peregrinos en Monteagudo de las Salinas (Cuenca).

Versión de 27 de Agosto de 2002.
Jose Luis Garcia de Paz

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La Ruta de Lana es la ruta ganadera que seguían los esquiladores y unía al gran productor ovino de La Mancha con Burgos, capital comercial de la lana durante los siglos XVI y XVII. Existe una peregrinación documentada por esta ruta en la primavera de 1624 de Francisco Patiño, María de Franchis y Sebastián de la Huerta.


Ruta de la Lana

- Peregrinación de Francisco Patiño, María de Franchis y Sebastián de la Huerta a Santiago de Compostela en la primavera del año del Señor de 1.624

- Relación de etapas de la Ruta de la Lana, realizadas por un grupo de la Asociación Amigos del Camino de Santiago de Cuenca, en la peregrinación del Año Santo 1.999:
· Etapa I - MONTEAGUDO - La Melgosa. 32 Km.
· Etapa II - LA MELGOSA - CUENCA - Bascuñana. 26 Km.
· Etapa III: BASCUÑANA - Villaconejos. 25 Km.
· Etapa IV: VILLACONEJOS - Salmerón. 24 Km.
· Etapa V: SALMERÓN - Cifuentes. 34 Km.
· Etapa VI: CIFUENTES - Baides-33 Km.
· Etapa VII: BAIDES - Atienza. 27 Km.
· Etapa VIII: ATIENZA - Tarancueña. 30 Km.
· Etapa IX: TARANCUEÑA - San Esteban de Gormaz. 36 Km.
· Etapa X: S. ESTEBAN DE GORMAZ - Quintanarraya. 30 Km.
· Etapa XI: QUINTANARRAYA - Silos. 28 Km.
· Etapa XII: SILOS - Mecerreyes. 24km.
· Etapa XIII: MECERREYES - Burgos. 36 Km.


Provincia de Guadalajara


Etapa V - SALMERÓN - Cifuentes. 38 Km.

  • Salmerón - Villaescusa - Viana de Mondéjar: 20 Km.
  • Viana de Mondéjar - Trillo: 9 Km.
  • Trillo - Gárgoles de Abajo: 4 Km.
  • Gárgoles de Abajo - Cifuentes: 5 Km.



Salmerón - Villaescusa de Palositos - Viana de Mondéjar: 20 Km.


Estamos ya en la provincia de Guadalajara, aunque Salmerón y esta zona pertenecieron hasta hace poco al Obispado de Cuenca cuyo obispo era, incluso, señor de Pareja y Casasana. Destaca la Plaza Mayor de estructura popular renacentista en forma de triángulo en la que hay edificios soportalados y la iglesia parroquial, gótica, de los s.XIV-XV. Está en restauración.


La larga bajada hasta Salmerón te aboca a la carretera de Alcocer. Tomas esa dirección, a la izquierda según llegas a la carretera (* hemos considerado mejor opción seguir recto y pasar al pueblo, justo en La Puerta de los Peregrinos de la iglesia, sale un camino que se va a unir al que indica la guía*).


Salmerón, coronando el cerro, se queda a tu derecha. Por la carretera cruzas por un puente el pequeño río Garibay. A unos 500 m sale una pista de tierra a la derecha, es la primera que encuentras. La tomas. El camino es practicable para vehículos todo terreno. Te espera una larga subida hasta trepar a las alturas que te cierran el paisaje por el oeste. No abandones el camino más arreglado, siempre subiendo.


A 1 hora llegas a la altura de la ermita de san Matías, que se queda a tu derecha, a tu espalda Salmerón y toda la Hoya del infantado. La ermita, arruinada, solamente conserva una portada noble y los sillares de los esquinazos.




Ahora el camino llanea entre pinares, robles, encinas y matorral. La gayuba alfombra los suelos. Sigues el camino más arreglado. A media hora de la ermita llegas a una pista pero puedes seguir a la izquierda por el viejo camino de tierra (*El viejo camino de tierra te lleva a la finca de Briones, pero tienes que abrir una puerta y entrar en ella para salir por otra puerta e incorporarte al camino, por eso es mejor seguir por la pista hasta donde hay un bidón pintado de amarillo y en ese punto girar a la izquierda*).



Enseguida junto al camino te encuentras una verja metálica junto a la que caminas hasta llegar a la casa Briones. La componen dos grandes cobertizos: uno para maquinaria agrícola, otro para ganados. Amplias tierras llanas de cereal y pastos. Suele estar por aquí el pastor, campechano y con ganas de hablar. El puede indicar direcciones.

Desde la casa de Briones, sigues por el camino más transitado que va junto al alambre de espino y a unos 550 metros coges el camino de la izquierda según se indica en la foto siguiente. (* No tomes el camino que sale a tu derecha si quieres pasar por Villaescusa de Palositos, en este punto han puesto una flecha metálica indicando a la derecha, si se hace caso a la flecha metálica se da un gran rodeo y no se pasa ni por Villaescusa de Palositos ni por su iglesia románica, propiedad del Obispado de Sigüenza, que es lo que quieren sus ocupantes*).

(fuente: Página Web de Villaescusa de Palositos http://www.villaescusadepalositos.com/ )



Tras una pronunciada bajada llegas al fantasmal Villaescusa de Palositos. Solamente se mantiene en pie la fábrica de sillería de la iglesia románica.


Iglesia románica de Villaescusa de Palositos s. XIII


Continúas tu camino por la fuente de aguas frías y abundantes que alimentan el viejo lavadero (*Según los dueños de la finca, este manantial ya no es potable ¡?, por si acaso pedir agua a los guardeses*)

Fuente de El Gamellón y lavadero en la salida hacia Viana

Sigues el único camino posible entre perdidas tierras de labor. Asciendes una cuestecilla y te sorprenden las Tetas de Viana y un cruce de caminos. Todo a la vez. Sigues recto (*¿? mas bien a la izquierda*) bajando hacia la casa que está, solitaria, en medio de los sembrados. Es la casa de Abajo. Sigues en línea recta por mitad del barbecho (*¡OJO!, el camino que sale desde la casa en seguida se gira a la izquierda 90 grados, en ese punto sigue uno de frente hacia las encinas, ése es el que hay que coger*). Al acabar, el camino tuerce a la derecha por un bosquecete de encinas. Luego la casa de Arriba y una bajada muy rápida con las Tetas a la derecha en la lejanía. (* un poco mas adelante de la casa de arriba (por la cual no se pasa) se incorpora un camino que trae señales blanco amarillo de PR, y que va hasta Viana*). Bajas por un tramo de barranco donde el paisaje se limita estrechamente. Al final el valle se abre y te encuentras unos ejemplares de nogal muy antiguos. (* cuando se llega al final del valle te encuentras primero un arroyo pequeño, que en verano lleva poca agua, en ese punto el camino gira 90 grados a la derecha para dar una vuelta y volver a pasar en frente de donde te encuentras, al otro lado del arroyo verás dos nogueras y el camino, puedes atajar saltando el arroyo y siguiendo por el camino de enfrente hacia la izquierda, mas adelante tendrá que cruzar el arroyo de la Solana por un vado, ya cerca de la carretera que te va a llevar a Viana. En el verano de 2005 se ha señalizado una senda que antes de cruzar el arrollo sale a la izquierda llevándonos rectos a Viana. *). Siguiendo aguas abajo el arroyo de la Solana en breve desembocas en Viana.

Nota: Este tramo fue señalizado el día 2 de mayo de 2004 con flechas amarillas.



Viana de Mondéjar - Trillo: 9 Km.


Iglesia románica del s. XII de amplia portada, con capiteles cistercienses y ábside semicircular. Junto al edificio del Ayuntamiento, portalón de la antigua muralla. Cuevas en la ladera para conservar el vino. Hasta aquí llegaba el antiguo territorio de la diócesis de Cuenca. La población es famosa por las Tetas y el Viaje a la Alcarria de C. J. Cela. Las Tetas las constituyen dos cerros testigos de la antigua planicie alcarreña, sometida a una rigurosa acción erosiva. Alcanzan una altura de 1145 m. Desde aquí hasta Cifuentes hacemos, a la inversa, el camino de Cela.


Estamos en el buen camino. Por la carreterilla que traes por la vega llegas a Viana. Una placeta de la que a mano izquierda trepa la calle hacia la iglesia y a mano derecha baja tu camino hacia el barranco del que surgen las Tetas. Nuestro camino va a ir bordeando el barranco al pie de las Tetas. Atención porque está muy perdido. A los 200 m del pueblo el camino llega a una corriente de agua y gira bruscamente a la izquierda buscando trepar a la altura de los cerros. En ese punto lo abandonas y te internas a tu derecha, junto a un macizo de chopos, por una mala senda que va a subir por el fondo del barranco unos cuantos metros. A la izquierda las Tetas, a la derecha las cuevas de guardar vino. A los 300 m el valle por el que subes se divide en dos. Estás junto a un chopo grande de 4 pies. Es singular. Te metes por detrás de él, a la izquierda, buscando la senda que baja junto a un canalillo de agua. Asciendes entre encinas y quejigos y cruzas un pequeño vallejo con restos de cultivos de olivos y pasas entre unos chopos y una fuente que mana al pie de la pared de caliza. Subes la pared y la senda parece mejorar. Se ven huellas de motocicleta. La senda va subiendo bordeando las faldas de las Tetas. Accedes a un camino apto para vehículos todo terreno. De pronto te atemorizan las lúgubres chimeneas de Trillo-Mordor, ciudad del Señor Oscuro. Más a la derecha se encuentra Trillo que no ves porque lo tapan los cerros que se encuentran en tu dirección noroeste. A los 10 minutos dejas la pista y tomas un camino carretero en mal estado que sale a la derecha unto a un espino. Por momentos el camino parece que se va desdibujando pero es fácil seguirlo. Media hora después de dejar la pista te encuentras una tina y mojón, junto a unos pinos grandes, donde la senda se ensancha y al poco unos modernos establos dan a una pista para vehículos. Por ella llegas a trillo.

Nota: Este tramo fue señalizado el día 23 de abril de 2005 con flechas amarillas.



Trillo - Gárgoles de Abajo: 4 Km.


A consecuencia del trabajo de la central nuclear, se ha desarrollado este pueblo, con amplias zonas ajardinadas y mucho arbolado. El río Tajo lo ciñe ya crecido. Aquí se despeña el río Cifuentes por el barranco del Pozo. Son famosos sus antiguos baños utilizados por romanos y árabes. Recibieron un gran impulso en la Ilustración. Carlos III impulsó la construcción de baños de uso público, piscinas, paseo, hospital y oratorio. Sus fuentes sulfurosas eran convenientes para enfermedades cutáneas, reumáticas, artritis, etc. El antiguo Balneario de Carlos III está en proceso de construcción y entrará en funcionamiento en septiembre de 2005.
Un puente sobre el Tajo, de posible origen romano, fue reconstruido por Carlos III y luego por Fernando VII. La iglesia parroquial de Santa María de la Estrella es del s. XVI. La portada sur, plateresca. El retablo conserva una tabla de Santiago peregrino. Desde el puente puedes contemplar las famosas cascadas del río Cifuentes.



Atraviesas Trillo hasta dar con el puente sobre el Tajo. A la izquierda queda la iglesia y el barrio antiguo. Puedes llegar a Cifuentes siguiendo la carreterilla local que no tiene apenas tráfico. Es muy agradable pues va paralela al río Cifuentes. Largas hileras de chopos y verdes huertas alegran el paisaje, dando la espalda a las Tetas de Viana y a la montaña oscura de Mordor-Trillo que aún tardarán bastante en desaparecer tras nosotros.

Nota: Este tramo fue señalizado el día 23 de abril de 2005 con flechas amarillas. (*La señalización se ha hecho evitando en lo posible la carretera, y por tanto no coincide con la guía. A la salida de Trillo se toma un camino a la izquierda de la carretera junto al río. A unos 2 kilómetros cruzando el río por un puente a la derecha, se toma la carretera de Cifuentes durante 200 metros, para volver a tomar el camino que traíamos a la izquierda. Éste nos llevará ya sin pérdida a Gárgoles de Abajo, donde cruzamos la carretera de Cifuentes para entrar en el pueblo por la calle de las cuevas*).

Gárgoles de Abajo - Cifuentes: 5 Km.

Gárgoles lo describe Cela en el Viaje. Al pie de la colina aparecen las ya familiares bocas de las cuevas-bodegas donde, desde el s. XII, se conserva el vino del pueblo. Son varias docenas las entradas a las bodegas. La Plaza Mayor alberga la posada y el Ayuntamiento, de arquitectura popular. A la entrada del pueblo hay una fuente ochocentista.

Continuamos por la carretera a Cifuentes, dejando a un lado Gárgoles de Arriba que, en el siglo pasado, tuvo una importante fábrica de papel. También se encuentran los restos de una villa romana que ha proporcionado bellos mosaicos, trasladados al Museo Provincial de Guadalajara.
Nota: Este tramo fue señalizado el día 24 de abril de 2005 con flechas amarillas. (*Aquí, no hemos seguido la guía en nuestra señalización. Volvemos a cruzar la carretera de Cifuentes junto a una fuente-manantial de 9 caños. En este sitio hay pilas de lavar donde el peregrino puede aprovechar para hacer la colada. Cruzando un bonito puentecillo, tomamos nuestro camino en coincidencia con señales de PR (Blanco/amarillo) hasta Gárgoles de Arriba. Ahora, tomamos un camino a la derecha de la carretera, que nos lleva directamente hasta Cifuentes*).

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Francisco Patiño

Las tierras de Cuenca conservan todavía frescas las huellas con que la Orden de Santiago las impregnó. Es bien notorio a todos. Pero quizás es menos conocido que en nuestra antigua historia tampoco falta la práctica y el espíritu de la peregrinación jacobea. En modo alguno es ajena a nuestros paisajes la imagen jacobea del bordón y la esclavina, la venera y la escarcela. La primavera de 1624 ve salir de un pequeño pueblo conquense tres peregrinos que parten hacia Santiago. Tienen excepcionales motivos para peregrinar, o solamente tenían aquellos motivos "que eran el fundamento de la peregrinación a Santiago, es decir, los prodigios obrados en favor de los devotos del Apóstol". Prodigios que se verán aumentados al final del la peregrinación, como vamos a referir.

Nació Francisco Patiño en la villa de Monteagudo, en el Obispado de Cuenca, hacia el año 1590, hijo de Paulo de la Huerta y Ana López vecinos de dicho lugar. Tercero de cinco hermanos, dos de ellos muertos de corta edad, él mismo huérfano sobre los doce, abandona su pueblo natal para buscar fortuna. A los tres años se instala en San Clemente de la Mancha, no muy distante de su lugar de nacimiento. Un tiempo después toma plaza en uno de los navíos que hacen la travesía para Italia.

En uno de los viajes, los turcos abordan su nave y toman cautivo a nuestro Patiño con otros doscientos cincuenta soldados y marineros. Es llevado a Argel y de allí a Constantinopla. Cinco largos años de cautiverio le esperan junto al Bósforo. Viéndose en tan triste estado, hace voto al señor Santiago de visitar su santo cuerpo en la ciudad de Santiago de Galicia, dándole Dios la libertad del cautiverio.

Galeote en las galeras del turco, una tormenta les obliga a acercarse a las costas de Malta para guarecer las naves. Allí se encuentran con galeones cristianos que, arremetiendo contra ellos, presentan batalla. El suceso, favorable a la armada cristiana, ve la libertad de Patiño. Al fin, la vida le sonríe. Los cautivos liberados marchan a Sicilia. Dos meses permanece allí. Español del glorioso siglo de oro, toma plaza de soldado en la guarnición del fuerte de Correza, ducado de Módena. Puede comprar una pequeña casa en Villagaide, a tres leguas de la ciudad de Parma. Allí se casa "por amores" con María Franchis hacia 1620.

Cuenta Patiño treinta años bien granados. Tiene como oficio ser "soldado de su Majestad" y se sustenta del sueldo que se le da y de labrar algunas tierras. Algo se ayuda enseñando a algunos niños a leer y las oraciones, pues aunque no mucho, sabe leer y escribir el romance español, el latín de imprenta y la lengua italiana. Dos niños, Francisco y Catalina, le nacen al matrimonio en lo que ya parece una vida sosegada.

A los tres años de casados, en la noche del 24 de julio de 1923, estando acostados y profundamente dormidos, se declara en la casa un pavoroso incendio. Al gran ruido del incendio y las voces que daban las gentes que acudieron a apagarlo, despiertan. Saltan de la cama, en camisa y descalzos, y queriendo valerse no pudieron porque el fuego les tenía tomadas las puertas. La mujer daba grandes voces a Dios pidiendo misericordia. Patiño hacía lo mismo y en angustioso trance dijo: "Bendito apóstol Santiago, valédeme que prometo de ir en romería a visitar vuestro santo cuerpo a Santiago si me libráis de tanto peligro". En diciendo esto se les apareció el Bendito Santo en medio del fuego, en figura y traje de romero, vestido con una vestidura larga hasta media pierna y encima de los hombros una esclavina, ambas de color pardo. La figura del rostro era de hombre viejo y buena cara, a la cabeza un sombrero con concha, en la mano un bordón de peregrino. Al punto desapareció y en ese momento se apagó el fuego, luego cayó la casa. Aunque la casa cayó sobre ellos, no les hizo ningún mal ni el fuego les tocó. Era una media hora antes de que amaneciese el día del Señor Santiago. Salieron de la casa por encima de las paredes, que no quedó de ellas más de vara y media de altura, entre las piedras caídas y quemadas, sin acordarse de cosa que tuvieran en casa, ni ropa para vestirse. Un labrador, Juan Parracin y su mujer Benedicta les dan vestidos.

Ya día claro, acompañados de la gente que había acudido a su auxilio, se dirigen a la cercana iglesia de San Antonio en la que se celebra la fiesta de Santiago. En la iglesia estaba pintada la imagen del apóstol en figura de romero. En cuanto Patiño la vio dijo a voces: "Este es el Santo que se me apareció en el fuego de mi casa". Y ya no habló otra cosa en la iglesia sino rezar quedo. Terminada la misa, un caballero, el conde de San Pol, les recoge en su casa. Estando en ella, se acordaron de los niños. Algunas personas fueron a buscarlos y los hallaron muertos pero ni siquiera tocados por el fuego, aunque se quemó toda la ropa y la cama en donde los habían acostado. Los sacaron en sus camisas sin quemarse cosa alguna de ellos. Cuando se corrió la voz del milagro, el duque de Módena hizo que se los llevasen aquel mismo día en su presencia, tal como estaban. El caballero conde de San Pol propone a Patiño el trueque de la casa donde los había recogido por la casa quemada, pues es su deseo levantar en ella una iglesia al Señor Santiago, por devoción. El Prior del obispo de Parma y el Inquisidor general del distrito levantaron atestado de lo sucedido. Pertrechados con los testimonios del Prior y del Inquisidor, con las abundantes limosnas del Duque de Módena y de otros señores, sin demoras, a los quince días comienzan ambos esposos la peregrinación, larga y arriesgada, hasta Compostela. Cerca de la ciudad de Arles, unos ladrones los asaltan. Les roban despojándoles de todo cuanto llevaban y no más les dejan que la camisa y los papeles. Pronto les socorre un Capitán español con vestidos y dinero. Por el camino de la costa pasan a España. Atraviesan Barcelona y Tarragona. A los postreros días del mes de diciembre llegan al Monteagudo natal de las tierras de Cuenca. Patiño se da a conocer a sus parientes, que son muchos. A cuantos a él se llegan cuenta sus extraordinarios sucesos. En Monteagudo se detiene todo el invierno, especialmente crudo "por el rigor tan grave de las nieves". Mediado marzo, acompañados por Sebastián de la Huerta, joven de 25 años, primo de Patiño, comienzan el camino a Compostela. Es verosímil que tomaran el camino real que, pasando cerca de Monteagudo, iba por Cuenca a Burgos. Del itinerario nos consta que pidieron limosna y albergue en Astorga y después en Molinaseca.

Las torres de Santiago las divisan en la mañana del 22 de abril. Al mediodía llegan a la catedral. Confiesan esa misma tarde. El primo Sebastián lo hará al día siguiente en el Colegio de la Compañía de Jesús. El 23 por la mañana comulgan en la capilla del Rey de Francia y abrazan la imagen del Apóstol. No cuentan las fuentes qué sensaciones experimentaron, pero si la más profunda emoción embarga a todo peregrino que abraza al Apóstol, cuál sería la de éstos.

Sobre la una del la tarde de ese mismo día, dieron vuelta para su tierra. A nadie muestran sus testimonios. A nadie dicen cuanto les ha ocurrido. Caminaron como tres leguas aquella tarde, hasta llegar a Puente Ulla donde preparan para dormir. Antes que saliese el sol pero ya claro día, vieron que a la entrada del puente, a la mano derecha, había una capillita con las imágenes del Señor Santiago y de Nuestra Señora. Ante ellas se hincan de rodillas para hacer oración.

Cuando intenta levantarse Patiño notó que tenía como trabadas las piernas. Quiso andar y no pudo. Hizo un segundo y tercer intento pero inútilmente. Le parecía que de la imagen del Apóstol salía un gran resplandor que le impedía el camino de tal manera que no se podía tener en los pies, ni caminar, hasta que cayó desmayado al suelo. María, su mujer, tampoco podía tenerse en los pies, ni caminar y se desmayaba. Se les ponía delante de los ojos una claridad como fuego que les quitaba la vista de los ojos. Sebastián, que nada sentía, intentaba ayudar a ambos. Volviendo un poco en sí y recobrado el conocimiento, Patiño dijo:"Volvamos a Santiago". El camino de vuelta se recorre sin desmayo ni impedimento en los pies. Es que a pesar de estar obligado conforme a su voto a manifestar el milagro, no lo había hecho por imaginar que estando pobre, como estaba, no podía presentar una ofrenda proporcionada.

Con presteza acuden al Colegio de la Compañía de Jesús, donde se había confesado Bartolomé. Encontrado el confesor, Patiño se arroja a sus pies, contando lo sucedido y pidiendo consejo sobre lo que ha de hacer. El Padre aconseja ir a buscar al señor Deán de Santiago para que le manifiesten el milagro. No encuentran al Deán. Se encaminan a la iglesia mayor preguntando por el Penitenciario, señor Sánchez. Lo encuentran y a él narran cuanto ha sucedido. Se inician con rapidez las diligencias. Se presentan los documentos del Obispo de Parma y del Inquisidor de la ciudad de Regio al Cabildo de la catedral compostelana. Este por medio de un escrito firmado por el Doctoral, Dr. Cangas, y el Procurador, Lic. López Mella, pidió al gobernador eclesiástico y Provisor, Dr. Narváez, que se abriese una investigación y se sometiese a Patiño y a sus compañeros a minucioso interrogatorio. Así lo hizo el Provisor por auto dictado en 26 de abril, nombrando Juez especial al Lic. D. Juan Bautista de Herrera, Deán de Tuy, Prior y Canónigo de Santiago. Completada la información el día 2 de mayo, el Provisor interpuso su decreto mandando que se entregase al cabildo para que la pusiera en el archivo y en todo tiempo hubiese memoria de estos sucesos.

In memoriam

La Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Cuenca, para no ser desmemoriada, pone todos estos sucesos admirables a conocimiento de cuantos estas líneas lean. Promueve con el Ayuntamiento de Monteagudo de las Salinas un sencillo monumento en memoria de sus más esforzados peregrinos. Y desde 1993, siempre que es Año Santo, peregrina a la Casa del Apóstol en Compostela partiendo de Monteagudo por la ruta de Francisco Patiño y sus compañeros.

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