El Libro de estas maravillas, que se conserva en el Archivo de la Iglesia Parroquial del Lugar del Pozuelo, da principio en esta forma.
Piadosamente se puede creer, que si en los tiempos pasados hubiera habido cuenta en escribir los hechos memorables de la Reina de los Cielos, muchos Libros se hubieran escrito, pues en tan pocos años tanto hay. Es cosa maravillosa por el concurso de gente, que viene a esta Santa Casa de los Hoyos, cuantos sana de enfermedades terribles, unos en sus tierras encomendándose antres que vengan, otros viniendo, en el campo otros, estando en esta Santa Casa otros; otros volviéndose tocados con la Santa Imagen, que en esta Iglesia con tanta veneración está; otros con llevarles algunas cosas tocadas a Nuestra Señora a los enfermos. Dios que los obra por intercesión de su gloriosa Madre, sabe bien estas maravillas; y tantos quebrados sanos, y desvencijados niños, y niñas, mozos, y hombre viejos, y muchachos de mal de corazón, hombres, y mujeres, especialmente siéndoles tocados con la Santa Imagen en el corazón es como red abarredera en esta enfermedad; y mujeres sanas de sangre lluvia, de perlesía, de locura, de falta de vista, de sordera, de manquez de manos, y tullición de pies, de cuartanas, tercianas, y de otras muchas enfermedades, con en este Libro se contiene; y en los margenes de cada milagro va quien sanó, y de que enfermedad, y de donde es vecino, y qué año; aunque el año va escrito en el margen cuanto se escribió, por no pervertir el Libro, y dentro en el Libro va el dia en que aconteció.
El Bachiller Pino, de quien se hace mención, fue natural de la Villa de Castilforte, y residió en la Ermita de Nuestra Señora de los Hoyos en calidad de Capellán. Thomás Martínez fue después Cura Propio de Villanueva de Alcorón, y Comisario del Santo Oficio. La mayor parte de los milagros de que tratamos se hallan firmados, y autorizados por los dichos, y también por el Cura del Pozuelo, con algunos testigos; de lo que se colige no haberse escrito indiscretamente, antes bien con la posible exactitud, que induce fundamento para creer, que los milagros sucedieron del mismo modo que se refieren.
Casi todos los milagros autenticados en la referida forma sucedieron por los años de 1560 hasta el 1583 y despues acá no se han experimentado tan singulares, y frecuentes. El necio, y preocupado vulgo está persuadido, a que María Santísima de los Hoyos no hace tantos prodigios despues que dieron nueva encarnación los Pintores al Sagrado Rostro de su Imagen, pero a mi me parece que por dos razones, que no subsisten al tiempo presente obró Dios Nuestro Señor por medio de este antiguo, y adorable Simulacro de su Madre Santísima tantos portentos, y maravillas en los referidos años, en que era de mayor necesidad el uso de los milagros.
Concluido el Concilio de Trento en el año de 1563, y condenados los errores de Lutero, y de Calvino, empezaron sus sectarios con el mayor esfuerzo a propagar sus malditos dogmas, que hicieron este siglo, infestando la Inglaterra, Holanda, Dinamarca, Suecia, y la mayor parte de Alemania. Negaron estos pérficos heresiarcas el culto de las Sagradas Imagenes, como el que dios obre Milagros por la Veneración que los Católicos con humildad, rendimiento les tributan, y era de temer se extendiese a nuestra Señora tan pestilente doctrina, ya por estar dominante en gran parte de la Europa, y ya por el esfuerzo que los mismos herejes hicieron para introducirla con varios libros, según refiere el Padre Famiano Estrada. Pero se opuso María Santísima como Maestra de la Verdad a la incredulidad temeraría de estos herejes, no permitiendo que a su amada España contaminase la heregía, que como negaba este monstruo la existencia, y certidumbre de los milagros, quiso el poder Divino obrarlos en copioso número por invocación y culto de la Imagen de María Santísima de los Hoyos. Como a vista de esto se dejarían engañar los Españoles, viendo, y experimentado por sí mismos, lo que negaban los impios Luteranos? Ni como habían de contestar los Fieles el desprecio de las Santísimas Imagenes, experimentando en su veneración estupendos prodigios?
A la mayor necesidad de los milagros en los referidos tiempos se añade la segunda razon de la mayor devoción, humildad y modestia, que llevaban los católicos cuando dirigían sus votos, y oraciones a este, y otros Santuarios. Es verdad, que el concurso en los días de sus Festividades persevera bastante numeroso, pero no se hacen estas romerías por lo común con el debido modo, bien lexos de ser devoto, y piadoso el fin de la concurrencia, suele ser de intención perversa, y pecaminosa.
¡Cuantos concurren por la vana curiosidad de ver! ¡Cuantos, y cuantas por bailar! ¡Cuantos por la necia diversión de Toros, y Comedias! ¡Cuantos por lograr desahogo a su concupiscencia en acciones, y palabras feas! ¡ Y cuantos finalmente se vuelven a sus casan sin haber saludado con una brevísima oración a las Santas Imagenes!
Pues todo esto pasa el día de hoy en las visitas que se hacen a los Santuarios más devotos, y por tanto no es mucho, que no se logren de la Piedad Divina tan continuos los milagros.
(continuará...)
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